3 de diciembre de 2015

/llora en mi hombro
y yo te oculto de la noche,
tantos callejones oscuros,
tantos espejos que devuelven la mentira,
que reflejan los huesos bajo la piel...
Eres el soñador de las enredaderas,
eres el caos de lo inefable...
¿Dónde encontrar los caminos y
la eliminación del vacío?
¿Dónde preguntar lo que no se entiende?
En la oscuridad aparecen los fantasmas
de sangre de Litio...
Y no sé apartarlos de la noche desmedida...
Llora en mis manos
que yo arrancaré los vientos y
pondré en tu rostro la fuente y el escalofrío,
que yo enjuagaré tu lágrima,
que yo apalearé al suicidio que te persigue..
llora bajo mi vientre
que yo haré venir al perseguidor de quimeras
y al recitador de versos,
para acunarte en la tiniebla
con una retahila de poemas invencibles
ante el frío o el delirio/