4 de junio de 2016

/yo no conozco como volver de ti y escapar de todo...
Yo no sé como pudiste hacer tanto daño en mi corazón deshabitado,
tus ojos, apenas mirarme, hacen desaparecer el mundo...
Trémula soy, la hoja abandonada en el parque...
¿Por que odiaste tanto mi rostro blanquecino, mi olor, mis palabras?...
Si yo era la sombra donde tú descansabas del cansancio y la locura...
Sabes...Aún guardo un trozo de luz de mi alma precipitada
para alumbrar algún día tu vientre, para guiar el hambre de saberte
exhausto y al borde del abismo...
Yo, que no conozco la salida de este dolor rojizo, este dolor rojo como
la sangre...El dolor...
Sabes aún recuerdo tu olor a sótano y enredaderas, tu olor a cosas que no tienen
demasiado sentido...
Sabes.../

/en la soledad de un cuarto sin ventana yo recordé las tormentas de tus ojos,
recordé el hilo de sangre que partía de mi boca a tu boca,
recordé los pasillos blancos, los hoteles baratos, las bombillas desnudas...
Como un círculo la memoria atormentaba mi madrugada, áspera, voraz,
fría y con ganas de acabar con mi débil cordura si alguna vez la tuve...
Hoy miraba los espejos y era una mueca mi cara blanquecina
y mi cuerpo un terrible bicho grande y abominable, asustado, excesivo...
Me hubiera gustado ser la guapa de la clase pero era la niña lista de ojos muy miopes,
grande, trémula, olvidada en el patio, asustada del mundo...
Me hubiera gustado correr desnuda por las playas fumada,drogada, pero apenas salía
de casa y leía compulsivamente es una esquina poco iluminada de la casa...
Yo, la perseguida por terrores azules, por una corte larguísima de miedos que
rebotaban en mi cráneo, en mis mejillas,la que consiguió escapar de sí misma y acabó
en el psiquiátrico/