2 de julio de 2012





Porque la tristeza de un bosque quemado
 es ver morir La Tierra
madre de lunáticos y de ríos

ver morir el paisaje que recuerdas de niño

duele que no esté ni el bosque ni el río
duele el negrísimo telón de ceniza
como si latiera en nuestras venas


cuanta herida hemos abierto en nuestra madre
que observa redonda y desolada
como destruimos sus senos, su vientre,

como la vamos convirtiendo en ocaso y estercolero

La Tierra llora y debajo de mi casa celebran
no sé qué copa deportiva a lágrima viva
como si les fuera en ello toda la existencia y la fuerza

quizás un día comprenda dónde
está el psiquiátrico,
fuera o detrás de sus puertas.