28 de enero de 2010

y


y nuestro cuerpo desnudo esperando una palabra,
y nuestros ojos inconformes vomitando el vértigo,
y la sabiduría de vivir a tientas,ciegos y en silencio,

y la espera enredando la lluvia en el paladar de sombra
y la amonestación con forma de golpe por vivir al límite de mil bocas
y la tierra bajo los pies chicos y mortalmente fríos
y la tortura del ser, y la ceguera de un mundo-espejismo
y la prisa agarrada a las manos,a la saliva viciada de dar a otros

y el suelo y el discurso de un loco,y los pechos caídos de dar de mamar
una y otra vez a niño inexistente
y el garabato del cuerpo cada noche ausente bajo las sábanas
y el sabor de la agonía y el placer de la bienvenida mañana,azul,rara,
espléndida,llena de sonidos,de café,de mejoras en la piel triste...

y el nerviosismo de la búsqued y la verdad ajena de los edificios
y de las sombras de los mismos edificios y de los que habitan en los edificios
como pájaros helados dentro de su nido,

y el traqueteo de la lluvia en la espalda
y la parsimonia de mirarse a las pupilas dilatadas
y las exactas pupilas reflejando el mundo

y el mundo
y el mundo
y el mundo crispado cerca de las venas azules,
el mundo,
sí,
el mundo.