1 de diciembre de 2008

Las manos de Momo están frías.




Recorro la ciudad donde habito, habito pero no vivo, vivo en un lugar que no tiene suelo y las vistas se alzan más allá de los cielos de vidrio, busco incesante desde hace años el anfiteatro y la niña de abrigo largo, falda de cuadros raída, rizos como líos ,pies descalzoz o con zapatos enormes...
Ayer, antes de ayer, estuve sentada durante horas en El parque de la Ciudadela, el cielo cogió una luz hermosa después de la lluvia...Entonces me pareció verla detrás de un matorral de adelfas grises con la sonrisa mellada de una niña de 8 o 11 años...Me miró rápido y volvió a desaparecer en los arbustos...Me sobresaltó tanto su presencia que me abalancé como un animal hacia los arbustos haber si conseguía por fin tenerla cerca...Y fue mi sorpresa encontrármela allí justo en el tronco del arbusto, tirada en el suelo, enroscada en su gran abrigo junto a su tortuga...
Un escalofrío de la niñez me tocó lejos, hondo, lejos, dentro de mí, muy lejos de mí...
Sólo pude estirarme un rato con ella y notar que sus manos eran de hielo, no hablaba...Yo en cambio le hable de dolor y de vida...Me escucho como sólo escucha Momo...Luego de desahogarme de mis penas me levanté rápido porque ya hacía tarde a mis citas...
No tenía tiempo que perder...Trabajo, Universidad, preparar las vacaciones, los regalos de navidad,ir al fnac y al centro comercial, recogí el maletín gris con el portátil que apoyé junto al matorral, me abroché el chaquetón gris del Zara, hacia frío...Guantes grises, bufanda gris, carpeta gris...Huí del parque para entrar en el metro gris...Tantas cosas que hacer y poco espacio en mi agenda gris...

Bajando las escaleras de Urquinaona ya había olvidado las manos frías de la niña...
Quizás Momo ya hubiera marchado de ese parque o quizás hubiera muerto de frío… Eso ya no me importaba porque ya había sacado lo que queríamos todos de ella...Su escucha.

Mi reloj brilla perfecto en mi muñeca...El tiempo rige mi cerebro y mi alma...
Hace ya mucho tiempo que recibí la visita de uno de ellos ...Un poco después de la adolescencia...La visita de uno de aquellos hombres grises...Y ya estoy inscrita en su banco del tiempo...
pero eso qué importa...Ellos también suministran el olvido... Me inyectaron la prisa, el consumo, el egoísmo…
Pero eso que importa...Yo ya dejé a momo allí muerta de frío...Y no tengo tiempo para pensar más...Cada uno tiene lo que consigue a base de esfuerzo , el éxito es lo más importante…perdonad dejaré ya de escribir…llego tarde, llego tarde, llego tarde, llego tarde, llego tarde.