10 de septiembre de 2008

Cocaína.

El insomnio es blanco como la coca.
Desde sus ojos rojos veo un dolor visitado.
Habla su pupila de eso, de dolores visitados,del límite entre lo que es y lo que no se sabe,alguna muerte,parques vacíos de noche,una palabra suya no dice nunca exactamente lo que es,rodea,se desvía de la certeza,su idioma, para mi, incomprensible.Nada.Monstruos que visitan galerías y destruyen los murales de las casa,y un olor a familia y a soledad disfrazada,siempre bien, siempre felices, máscaras destruidas,niño o niña sin boca de plomo para morir,
sus ojos dicen de dolores visitados, de pozos y galerías en las que no quisieras entrar,pero entras, para descubrir un muñeco,un dibujo,un guerrero,una princesa, un suicida,un niño o una niña que juegan.El insomnio es blanco como la coca.Su destino no es mi mano, su destino no es tu mano, no hay destino, ni persona, ni dibujo, ni parque, ni muerte, todo es figuración de lo que no hubo,su destino es la esquina de paraíso...Desde sus ojos rojos y vidriosos se ven dolores y universos no visitados, alguien dijo, gritando, llorando,que se trataba de una princesa...Y en sus ojos se vieron dolores, otra vez, no visitados.



Haze y La Húngara.