14 de mayo de 2008

Los caminos ( I )


No conozco el camino,
lo repito junto al colchón sucio al que olvidamos poner la funda que empaquetó tu madre en las maletas,
te miro estirado en este colchón del que no conocemos el origen,
¿Quién lo trajo a está habitación,cuántos días, cuántos años hace?
Si sigo el hilo infinito de esta pregunta me vuelvo loca,ya, ahora mismo.
No conozco el camino...te vuelvo a mirar y sigues estirado, en el colchón,
con el trasluz de lámpara eres un gitano,y no me importa nada, estoy jugando...
Tienes unas preguntas eternas...Te miro,olvidaste hoy tu pasado un rato y te pusiste
a reír,eso es simple, pero es así, suena así de sencillo, te pusiste a reír, reír es reír, no quiero otra palabra más lírica, me vale ésta, reír,
te pusiste a reír, y yo también reía,mirabas mis bragas como en la canción aquella de Extremoduro.
El universo se acaba al borde del 95%ALGODÓN,5%LICRA de la etiqueta.
Mira que sencillo es el Universo,a simplicidad quiero reducirlo, para que no me desborde,esa etiqueta es palbable, la toco, hasta se puede cortar con las tijeras...,
No parábamos de reír, los dos,olvidé por unos segundos, la muerte de los telediarios, olvidé la soledad grave, olvidé la siniestralidad de ser un ser vivo y sensible,
No conozco el camino...pero para indicar a otros les diría que seguro que lo encontrarán en el olor de algo muy íntimo,encima de un colchón sucio pero lleno de cielos verdaderos...
No conozco el camino...pero está cerca de mí,de ti.

Aunque ahora sólo ves el frío que inunda un día tu vida y no sabes deshacer.

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Maravilla de mujer en un árbol onírico de la ilustradora Nicoletta Ceccoli