Ella golpea con la palabra,escupe,se le ensangrientan los sueños de acontecer...
Y quién pudiera acariciarla,suave y dulce,menuda, inconcreta...
Sus sueños de océano o de materia...Sus huesos de viento y de hastío...
Mirarla es el honor de los objetos y un miedo hace errar lo convenido...
Cualquiera querría subir a su lecho cerca de sus manos de paloma dormida...
de muñeca con ojillos inquietos,de guerrera insólita...
Sus manos, sus vestidos,la muerte..El lugar donde se justifica el abismo...
Donde acaba la tierra y empieza el aire,donde el barro esculpe la boca...
Mi niña de río y simiente larga, mi diosa de pies diminutos,
mi camino, mi perdición primera,
mi desvelo,ese insomnio que provoca orientarse hacia sólo su nombre
16 de agosto de 2012
Publicado por la princesa inca en 0:41:00