28 de abril de 2008

El final y el principio de todos los universos


Me levanto en esta ciudad húmeda de no soñar pero vacía de lluvia,
he recorrido Barcelona 28 años y sólo un día, de muy niña, creí encontrar el sentido de mi vida en el reflejo del cielo en un charco del parque, delante de casa...
Desde entonces busco en los pocos charcos que alguna vez encuentro mi rostro
y no aparece el cielo aquel diluido, ensoñado y eterno que encontré a los ochos años...Entonces con una buscada melancolía remonto las calles de noche por el barrio de Gracia y por unos segundos en el silencio casi absoluto de las 5 de la mañana de un día laborable me recorre un escalofrío que me recuerda que estoy viva...
Y que el cielo vive también en mis propios ojos...Algunas veces entonces soy feliz en el silencio quebrado de la madrugada,
y parece ser cierto que una vez, hace tanto que nadie de nosotros estaba, una Diosa en forma de flor o de silvido, una Diosa llovida creó un universo y sacó los planetas y los soles desde dentro de su boca...
Un escalofrío me recorre la piel blanca llena de pecas y me maravillo de tener todo un mundo extraño y palpable alrededor mío, miro los árboles oscuros y dormidos entre el cemento y les tiro besos desde mis ojos, imagino a toda esta ciudad de rotros dormidos y me traslado al lado de cada cama a susurrar un poema a los que tienen la espalda dolida o les tortura el insomnio cerca del cajón de las pastillas...

Respiro, corro por la madrugada denunciando mi derecho a soñar lo que yo quiera, lo que yo inventé...Corro por la noche de mi ciudad húmeda e incierta, en mis ojos brilla la luz de los que sueñan demasiado...Grito cerca de las ventanas de las casas...
Grito feliz...
¡No veís que estamos vivos, mirad la luz, la sombra, mirad la perfecta existencia del borde de los objetos y de los labios...Apartad los ojos del cemento o la tele...
Mirad como muy cerca de vosotros en un charco o en una pupila tirita el principio y el final de todos los universos...!