10 de agosto de 2010


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar...
Bécquer




volverán las oscuras golondrinas
y los martes de sangre
la boca equiparada a un dolor visitado
la tez extraña y perseguida
el monstruo en la mejilla y en el fondo de los ojos
tres mil golpes con la forma de un noche errática
tres mil golpes para la mujer y su sexo, verjel de suspiros y oscuridad,
volverán las oscuras golondrinas
y las madrugadas de hambre y besos
y los laberintos ausentes
volverán las retinas extasiadas de joderse
los huesos frágiles,los viajes lejanísimos,
la autoridad de las palabras, el océano de crímenes,
la bola del mundo en las manos blancas,las uñas mordidas,
el esquivo universo de las mismas palabras,el dolor agudo,la estancia cuadrada y sucia,
el desorden en el estómago,el vidrio en las lágrimas largas y sin sentido,
volverán los robots del corazón hermético,censurado, intolerable,vencido,ausente de sí,
volverán besos y errores de guillotina,armarios atrapando el latir de las venas,
enormes silencios, vaciados túneles en la lengua y el alma,
volverán las oscuras golondrinas retomando la muerte para mí,
Medea incorregible yo,temblorosa,rara,astuta,inútil,sentenciada,colérica,
equibocando una y mil veces en el sitio y la hora, en el nombre y la piel,
en la quimera y en la prisa, en los ojos y en el origen...
porque volverán, volverán las oscuras golondrinas...
volverán.